Biólogo y zoólogo
(1928 - ? )
James Dewey Watson nació en Chicago el 6 de abril de 1928. Con tan solo 15 años ingresó en la universidad como parte de un programa de becas experimental para jóvenes talentos. Su interés desde bien pequeño por las aves le llevó a estudiar Zoología, carrera que finalizó en 1947, tras lo cual se pasó a la genética.
La culpa de que Watson quedara prendado del gen la tuvo el Nobel de Física Erwin Schrödinger, quien pocos años antes había dado una serie de conferencias públicas en el Trinity College de Dublín. El tema elegido fue inusual para un físico: “¿Qué es la vida?”. Estas conferencias se convirtieron en un libro con el mismo nombre. Un libro que introdujo una de las ideas que cambió nuestra visión de la vida para siempre. Schrödinger sostenía que la vida podía considerarse en términos de almacenamiento de información biológica, sugiriendo que los genes, y no las proteínas – como se creía en la época -, eran el material hereditario. Esto provocó una enorme influencia sobre los que a la postre serían los actores principales de la gran obra de teatro de la biología molecular, entre ellos Watson.
Después de ser rechazado en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) y en Harvard, Watson consiguió una beca para sus estudios de posgrado en la Universidad de Indiana, donde se doctoró en 1950 por su trabajo sobre los efectos de los rayos X sobre la replicación de virus bacteriófagos, bajo la dirección del italiano Salvador Luria. Desde Indiana, Watson se trasladó a Copenhague, donde, muy a su pesar, continuó con sus investigaciones con los fagos, algo que no le interesaba tanto como la esencia de la vida.
Modelo de doble hélice clásico
En la primavera de 1951, conoció al inglés Maurice Wilkins en una conferencia. Wilkins era un físico que había participado en el Proyecto Manhattan durante la II Guerra Mundial y había quedado profundamente desilusionado con la ciencia tras los desastres provocados por las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Pero también leyó el libro de Schrödinger y se pasó a la biología, en concreto, hizo los primeros intentos de utilizar la difracción de rayos X para fotografiar moléculas de ADN. Watson, excitado por los resultados de Wilkins, se trasladó a Inglaterra en otoño de ese mismo año y comenzó a trabajar en el Laboratorio Cavendish, en Cambridge, donde conoció a Francis Crick, otro ex físico enamorado del ADN.