Biografia

Alexander Fleming

Médico y bacteriólogo

(1881 - 1955)


(Darvel, Reino Unido, 1881 - Londres, 1955) Médico y bacteriólogo británico. Estudió en la Universidad de Londres, por la que se licenció en 1906. Fue profesor de bacteriología e investigador de esta universidad, así como del Real Colegio de Cirujanos del Reino Unido. En 1951 fue nombrado rector de la Universidad de Edimburgo. Sus trabajos se centraron básicamente en la búsqueda de sustancias capaces de atacar a las bacterias que afectan al ser humano, con el objetivo de destruirlas sin causar daños en el paciente.

La primera sustancia de este tipo que descubrió, trabajando en colaboración con Allison, fue una enzima con propiedades antibióticas, llamada lisozima, que está presente en fluidos corporales tales como la saliva o las lágrimas, así como también en la clara de huevo. Sin embargo, el descubrimiento que mayor fama le dio lo efectuó en 1928, cuando, de forma accidental, unos cultivos de estafilococos que estaba preparando se contaminaron con Penicillium notatum, lo cual le permitió observar que alrededor del moho se formaban zonas circulares en las cuales no se detectaba presencia de bacterias.

Sus trabajos posteriores lo llevaron a aislar, a partir del moho, una sustancia, a la cual bautizó con el nombre de penicilina, que se caracterizaba por su gran poder antibacteriano, extremo éste que había sido observado con anterioridad, concretamente en 1896, por Duchesne. El descubrimiento de Alexander Fleming cayó en el olvido durante años, hasta que en el curso de sus investigaciones en la Universidad de Oxford, y debido a la necesidad de disponer de sustancias antibacterianas para mejorar el tratamiento de los soldados aliados heridos durante la Segunda Guerra Mundial, los investigadores Howard W. Florey y Ernst B. Chain lograron aislar y producir cantidades suficientes de penicilina como para aplicarla a la curación de seres humanos, con lo cual la penicilina se convirtió en el primer antibiótico con aplicaciones prácticas de la historia y se abrió el camino a una auténtica revolución en la medicina del siglo XX.

Los trabajos de búsqueda de sustancias con poder antibacteriano, que se desarrollaron tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, se iniciaron con preparados que contenían únicamente un 1 % de penicilina. En 1945 se habían conseguido ya preparaciones cuyas concentraciones eran suficientes para inhibir la actividad bacteriana, aun estando diluidas. La penicilina sería a partir de entonces uno de los antibióticos más utilizados, debido, en gran parte, a su bajísima toxicidad, lo que la hace adecuada en un amplio campo de aplicaciones.

El descubrimiento de Fleming le valió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1945, que compartió con el patólogo británico de origen australiano Howard W. Florey y con el bioquímico británico de origen alemán Ernst B. Chain, los dos científicos que lograron aislar y producir el antibiótico.

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