Hace veinte años, el profesor estaba básicamente limitado a proporcionar apuntes de clase, mostrar un video y usar una variedad limitada de otras herramientas para intentar que el aprendizaje fuera divertido e interesante. Con esto, se esperaba que llegaran a una variedad de estilos de aprendizaje simultáneamente sin las herramientas adecuadas para ayudarles a realizar esta tarea. Hoy en día, el rol de maestro se ha convertido en facilitador y partidario a medida que los estudiantes colaboran y usan aplicaciones que se adaptan a su estilo de aprendizaje. Esto permite que el maestro sea más proactivo en cuanto a proporcionar ayuda individual cuando sea necesario sin tener que preocuparse por obstaculizar a otros estudiantes en el aula que están por delante en el proceso de aprendizaje.

El crecimiento de la tecnología en el aula representa una situación beneficiosa para todas las instituciones educativas. Los maestros ahora tienen las herramientas que necesitan para llegar a cada estudiante y los estudiantes pueden elegir la forma en que desean consumir el contenido de la lección. Será interesante ver a dónde lleva la tecnología la educación en las próximas dos décadas.