La metodología de las 9S es una técnica de gestión del trabajo que tiene como objetivo la construcción de un ambiente laboral propicio para una mayor productividad. Es una filosofía japonesa basada en el orden y la organización que promueve un trabajo eficiente y de máxima calidad. Las 9S se caracterizan también por ser el fundamento de una conducta de trabajo disciplinada y constante.
Esta filosofía tuvo su origen en la empresa Toyota entre los años 1940 y 1960, aunque no está claro quién fue el precursor, distintas fuentes señalan a los ingenieros Taiichi Ohno y Shigeo Shingo. Estos dos especialistas tuvieron una fuerte influencia en el Sistema de Producción de la empresa, mediante sus métodos de gestión de calidad.
Nació inicialmente como la filosofía de las 5S, con los principios: seiri, seiton, seiso, seiketsu y shitsuke, los cuales se enfocan en la organización, limpieza y buena disposición de las herramientas, junto con el concepto de mejora continua. No obstante, al poco tiempo de la primera publicación, sufrió una adaptación para agregar las otras 4S, con el objetivo de convertir estas buenas prácticas en un hábito. Los hábitos de la casa llevados a la empresa.
El uso de las 9S tiene un fuerte impacto en los trabajadores de una empresa a nivel mental y emocional. Primordialmente, se notará un fuerte cambio en los espacios y en el equipamiento de trabajo, pues estarán más limpios y ordenados. Esto reducirá de forma drástica el tiempo necesario para el desarrollo de las actividades diarias, dando lugar a la obtención de resultados con menor esfuerzo.
Los principios básicos de este método se conforman de 9 conceptos japoneses, por lo que la traducción literal de las 9 palabras representativas puede variar ligeramente en cada idioma. Los mismos son:
Clasificación y orden: Se basa en ordenar objetos por categoría. Se debe hacer un análisis del inventario y separar aquello que no hace falta para eliminarlo del espacio de trabajo. No tener elementos distractores sin funcionalidad alguna y clasificar los que si son necesarios.
Organización: Consta de asignar un lugar definitivo a los objetos en tu espacio de trabajo, para ahorrar espacio y tiempo. Al asignar una ubicación y disponer los objetos de forma inteligente considerando la clasificación, el empleado puede saber que siempre encontrará la herramienta que necesita en el lugar que corresponde.
Limpieza: El buen estado de las instalaciones y el equipo de trabajo es esencial para un ambiente de trabajo eficiente. Por ello, cada individuo es responsable de conservar la limpieza en su espacio y herramientas de trabajo.
Control: Se trata de concientizar que las 3 primeras S son parte de un esfuerzo conjunto de orden, organización y limpieza para un espacio de trabajo eficiente. Esto permitirá señalar y repetir los procedimientos anteriores para formar un hábito y reducir los posibles problemas que se puedan presentar.
Disciplina: Consiste en apegarse a los métodos y procedimientos establecidos a través de la metodología de las 9S para mejorar continuamente. El individuo debe ser una persona con control de sus actos que da seguimiento al cambio de hábitos propuesto.
Constancia: Promueve la implementación diaria de los hábitos planteados con una voluntad inquebrantable y continúa.
Compromiso: Es la firme decisión de cumplir con los objetivos planteados con empeño y entusiasmo. Este principio debe manifestarse en todas las áreas de la empresa.
Coordinación: Es una manera de trabajar que asegura que todos los empleados deben trabajar con un ritmo y dirigiéndose a un mismo objetivo. Es una forma de trabajo que se logra con tiempo, dedicación y comunicación entre los trabajadores.
Estandarización: Es la implementación de normas, procedimientos, reglamentos o instrucciones para regular la conducta de los empleados y evitar la dispersión de los esfuerzos individuales por una cultura de trabajo óptima y eficiente
Implementar la metodología de las 9S no es sencillo y se requiere mucho compromiso por parte de los empleados y de la organización. Algunos factores a tener en consideración para obtener un mejor rendimiento y calidad sostenidos en el tiempo, son:
Compromiso por parte de la gerencia: El personal directivo, los coordinadores, y supervisores de la organización, deben ser los primeros en aplicar los principios de la metodología y enseñar con el ejemplo para conseguir que los empleados se involucren.
Participación de todo el personal: Sin importar el área de trabajo a la que se dedique o su tiempo de antigüedad, es importante que todos los empleados participen de manera activa en la aplicación de los 9 principios japoneses para un trabajo más eficiente.
Incluir la metodología en los procesos de inducción y capacitación: Implementar esta filosofía japonesa dentro de la inducción para nuevos empleados es primordial para asegurarse de que puedan ajustarse a las formas de trabajo de la compañía.
Repetir el ciclo constantemente: Una vez se hayan empleado cada una de los principios para obtener un mejor rendimiento, se deberá repetir el proceso
El uso de las 9S tiene un fuerte impacto en los trabajadores de una empresa a nivel mental y emocional. Primordialmente, se notará un fuerte cambio en los espacios y en el equipamiento de trabajo, pues estarán más limpios y ordenados. Esto reducirá de forma drástica el tiempo necesario para el desarrollo de las actividades diarias, dando lugar a la obtención de resultados con menor esfuerzo.