Durante el mes de octubre del 2007 tuve ocasión de asistir a la asignatura de la Teoría de los Conjuntos borrosos o la Teoría de la Incertidumbre, materia optativa para el Doctorado en Ciencias Económicas y Financieras que cada año se imparte en la Universidad de Barcelona. Se trata de una disciplina compleja que, para poder ser asimilada adecuadamente, requiere del alumno una considerable formación previa en matemáticas, y que además tiene una utilidad práctica muy limitada. De la misma manera cuando impartía clases de Investigación de Operaciones en la Facultad Politécnica en la Maestría de Educación Superior con mención en Matemáticas y física los años recientes, los postgraduantes deben tener el conocimiento previo en matemáticas y física. Pues bien, durante el periodo de tiempo que duran las clases nunca hubo más de cinco personas en el aula, incluyendo al docente. En algún momento llegaron a ser un dúo. Debo aclarar aquí que el profesor asistió siempre a clases y expuso la materia de forma magistral, aparentemente insensibles al desánimo que, desde mi punto de vista, debe provocar la visión de un auditorio tan reducido. En los años posteriores el panorama no ha variado sustancialmente. El número de jóvenes que experimentan el deseo de estudiar y entender las matemáticas y física avanzada se pueden contar con los dedos de una mano. Así pues, la falta de interés por estudiar matemática, física, u otras materias abstractas, complejas y con escaso recorrido en el mundo laboral, vendría a poner de manifiesto una inclinación colectiva creciente hacia lo pragmático y un desinterés por el conocimiento como fin en sí mismo. Y también podríamos pensar, en este caso, que no hay nada de preocupante en todo ello si no fuera porque implica cierta contradicción entre la realidad del mundo en que vivimos, una nueva utopía denominada Sociedad del Conocimiento.
En realidad, la elección de los jóvenes no es más que el reflejo de las prioridades de la sociedad. Se trata de un buen indicador porque nos muestra tendencias generales que, en algunos casos, aún no
La Sociedad del Conocimiento, fue acuñada en 1969 por Peter Drucker para designar una idea concreta y perfectamente delimitada. Drucker, experto en management empresarial, dedicó un capítulo de su libro La Era de la Discontinuidad a «La Sociedad del Conocimiento», en el cual desarrollaba, a su vez, una idea anterior, apuntada en 1962 por Fritz Machlup, la de “Sociedad de la Información. Drucker invirtió la máxima de que “las cosas más útiles, como el conocimiento, no tienen valor de cambio” y estableció la relevancia del saber cómo factor económico de primer orden, es decir, introdujo el conocimiento en la ecuación económica y lo mercantilizó. Dejó claro, además, que lo relevante desde el punto de vista económico no era su cantidad o calidad sino su capacidad para generar riqueza, su productividad. Pero abandonemos ahora la visión del conjunto, el análisis macro, y centrémonos en el objeto principal del presente artículo, las implicaciones del nuevo contexto sobre la unidad básica de la estructura social: el individuo. El discurso actual da por sentado que las nuevas herramientas para manipular y acceder a la información nos van a convertir en personas más informadas, con más opinión propia, más independientes y capaces de entender el mundo que nos rodea, ser libre pensantes y contar con razonamiento crítico, una suposición que pone de manifiesto las connotaciones utópicas del concepto Sociedad del Conocimiento. Veinticinco siglos después de que Platón planteara el mito de la caverna, seguimos interpretando la inclinación a adquirir conocimiento como una actitud deseable. La lectura es un hábito que se intenta fomentar entre niños y adultos, y aunque no sabríamos decir muy bien porqué, consideramos positivo mirar documentales o asistir al teatro, entendidas como actividades que nos obligan a reflexionar, a utilizar la razón. Sin duda, cierto tipo de conocimiento de bajo contenido reflexivo se incrementa constantemente en todos nosotros cuando dedicamos un buen número de horas a inundar nuestro cerebro con información proveniente del televisor o de Internet. Y también se incrementa, en algunas personas, el conocimiento altamente especializado o aquel necesario para desarrollar actividades tecnológicamente complejas. Pero el tipo de conocimiento que subyace de forma subliminal tras la utopía de una Sociedad del Conocimiento, el conocimiento a través de la razón que debería proporcionarnos una mejor y más completa comprensión de la realidad, disminuye. Vivimos, gracias a la tecnología, en una Sociedad de la Información, que ha resultado ser también una Sociedad del Saber, pero no nos encaminamos hacia una Sociedad del Conocimiento sino todo lo contrario. Las mismas tecnologías que hoy articulan nuestro mundo y permiten acumular saber, nos están convirtiendo en individuos cada vez más ignorantes. Tarde o temprano se desvanecerá el espejismo actual y descubriremos que, en realidad, nos encaminamos hacia una Sociedad de la Ignorancia.
Nicolas Alberto Hoyos Jordán
18/11/2024, 12:54:11El autor observa una creciente apatía hacia el estudio de disciplinas abstractas como las matemáticas y la física en la sociedad contemporánea, a pesar de la proclamada era de la "Sociedad del Conocimiento". A través de su experiencia docente en diversas universidades, el autor evidencia una disminución drástica en el número de estudiantes interesados en estas áreas, lo que contrasta con la idea de que la sociedad actual valoriza el conocimiento y la intelectualidad. La contradicción se hace aún más evidente al analizar el concepto de "Sociedad del Conocimiento", acuñado por Peter Drucker. Si bien esta idea promueve el valor del conocimiento en términos económicos, el enfoque se centra en la utilidad práctica y la generación de riqueza, en lugar de en la búsqueda del conocimiento por sí mismo. El autor argumenta que, a pesar del acceso a una gran cantidad de información a través de las nuevas tecnologías, la sociedad actual está experimentando una disminución en el pensamiento crítico y la capacidad de análisis. La inmediatez y la fragmentación de la información en la era digital favorecen un consumo pasivo de contenidos, en lugar de una reflexión profunda y un aprendizaje significativo. En conclusión, el texto plantea una crítica a la idea de que la sociedad actual se está convirtiendo en una "Sociedad del Conocimiento". El autor sostiene que, por el contrario, estamos presenciando una tendencia hacia la ignorancia, caracterizada por un desinterés creciente hacia el conocimiento abstracto y un pensamiento crítico cada vez más superficial.
Belén Milagros Ledezma Aguilar
14/11/2024, 13:41:28El texto reflexiona sobre la aparente contradicción entre la aspiración de vivir en una "Sociedad del Conocimiento" y la realidad de un creciente desinterés por el conocimiento profundo y reflexivo. Aunque la tecnología ha impulsado una "Sociedad de la Información" que permite acumular y acceder a datos de manera masiva, este avance no ha fomentado el razonamiento crítico ni una comprensión más completa de la realidad. Por el contrario, la dependencia de tecnologías y el enfoque pragmático han generado una "Sociedad de la Ignorancia", donde el conocimiento se mercantiliza y se prioriza por su capacidad de generar riqueza, dejando de lado su valor intrínseco. La inclinación por conocimientos especializados y tecnológicos contrasta con la disminución del conocimiento reflexivo, esencial para el pensamiento crítico y el libre razonamiento.
belen zambrana
02/11/2024, 14:47:48El artículo señalando que, a pesar del acceso a una gran cantidad de información gracias a la tecnología, la comprensión profunda y crítica del conocimiento está disminuyendo. A través de la experiencia del autor en la educación, se destaca el desinterés de los jóvenes por materias complejas como matemáticas y física, lo que refleja una tendencia hacia lo pragmático y un rechazo del conocimiento como un fin en sí mismo. Se argumenta que, en lugar de avanzar hacia una verdadera sociedad del conocimiento, estamos en riesgo de caer en una "Sociedad de la Ignorancia", donde el conocimiento reflexivo es cada vez más escaso
Walter David Echavarria Rondal
27/08/2024, 17:19:41Bueno a mi personalmente me hizo pensar sobre el estado actual de nuestra sociedad y el valor que le damos al conocimiento. El autor habla desde su experiencia al enseñar temas complicados como la Teoría de los Conjuntos Borrosos y la Investigación de Operaciones, donde a pesar de la importancia de estos temas, la falta de interés de los estudiantes es evidente. Esto refleja una tendencia más amplia, cada vez menos personas están interesadas en estudiar disciplinas abstractas y complejas como las matemáticas y la física, que no parecen ofrecer beneficios inmediatos en el mundo laboral. Lo que me impacta es cómo el texto conecta esto con la idea de la "Sociedad del Conocimiento", que en teoría debería hacer que todos estemos más informados y educados. Sin embargo el autor sostiene que estamos más bien entrando en una "Sociedad de la Ignorancia", donde el conocimiento real y profundo está siendo reemplazado por información superficial y una falsa sensación de comprensión. A pesar de tener acceso a tanta información y tecnología, no estamos fomentando un verdadero deseo de aprender y entender el mundo. En lugar de ello, parece que nos estamos conformando con un conocimiento que solo sirve para producir riqueza, perdiendo de vista el valor del conocimiento como un fin en sí mismo.
Nayeli Rojas Rojas
27/08/2024, 16:49:52en relación al camino que nuestra sociedad está tomando. Después de leer, empecé a preguntarme por qué aparentemente vivimos en una era llena de información pero al mismo tiempo experimentamos un aumento en la falta de conocimiento. A pesar del avance tecnológico, parece que nos estamos distanciando de una comprensión más profunda y crítica de la realidad. Resulta alarmante contemplar cómo, en lugar de progresar hacia una auténtica "Sociedad del Conocimiento", nos estamos sumergiendo en una "Sociedad de la Ignorancia" donde la importancia del saber se disipa entre banalidades
juan david Zabala
27/08/2024, 16:29:27Este pasaje refleja la contradicción de vivir en una epoca en la que el acceso a la información es mas facil que nunca pero el conocimiento profundo y el pensamiento crítico parecen estar en declive. A pesar de la abundancia de datos, los autores sostienen que estamos construyendo una "sociedad de la ignorancia" en lugar de una "sociedad del conocimiento". Cuando la información está disponible de forma superficial y fragmentada, no obtenemos una comprensión más profunda del mundo sino que nos convertimos en consumidores pasivos de datos. El autor critica la tendencia a valorar sólo el conocimiento inmediatamente util o generador de riqueza, ignorando el desarrollo de habilidades críticas y reflexivas que son esenciales para una comprensión más profunda de la realidad.
Ramon Martin Sumoya Castellon
27/08/2024, 13:51:01Hoy en día como se dice en este articulo vivimos en una sociedad donde la información esta a el alcance de todos, sin embargo pese a esto las personas no buscan obtener un conocimiento pleno, si no que buscan lo que les sea mas fácil por ejemplo antes para resolver un problema matemático se necesitaban muchas horas de aprendizaje y no solo eso, para resolver un problema a veces era necesario intentarlo muchas veces porque no se obtenían los resultados a la primera, sin embargo ahora es mas fácil resolverlo con una aplicación o una IA, y esto no solo ocurre en las matemáticas se da en muchas situaciones y es perjudicial, ya que pese a tener la facilidad de informarnos y aprender de manera concreta diferentes temas, no lo hacemos y preferimos facilitarnos el trabajo y no digo que este mal pero si esta mal hacerlo solo por cumplir con algún trabajo o salvarnos de alguna situación ya que podremos salvarnos una vez pero es importante tener el conocimiento para poder enfrentar diferentes situaciones que nos presenta la vida y así ser personas útiles para la sociedad y no ser una sociedad de ignorantes.
Junior Pedro Rojas Ascárraga
27/08/2024, 08:48:28El articulo esta muy bien argumentado con respecto a que con la llegada de la tecnologia y que esta esta nos facilita tener las respuestas mas facilmente perdemos el interes por aprender bien y obtener conocimiento bien concreto, si segimos asi llegaremos como indica el autor a la sociedad de la ignorancia. eso deberia ser una gran alerta para todos ya que nos estamos volviendo dependientes de la tecnologia sin esforzarnos en aprender solo segir un tutorial o tener la respuesta echa ya se pierde las ganas de experimentar de que otras formas podes consegir el resultado que buscamos ya todo mas directo "internet" deberiamos experimentar mas ser mas curioso ¿que pasaria que hacemos esto? ¿y si lo hacemos de otra forma? y razonar buscando por nuestra propia cuanta cometiendo errores y aprendiendo de ellos no solo consegir la respuesta directa. me gustaria compartirles esta frase que me acorde leyendo el articulo. "Se aprende más de nuestros errores que de nuestros aciertos": Octavio Rascón.
Junior Pedro Rojas Ascárraga
27/08/2024, 08:47:36.
Lizveth Ann Miranda Echalar
26/08/2024, 18:49:39Con la tecnología avanzada que tenemos en la actualidad, podemos acceder a una búsqueda más fácil de información, lo cuál ayuda bastante en la vida estudiantil. Sin embargo por la facilidad que existe, hay desinterés por superarse a comparación de antes, que tenían que esforzarse por buscar una información.